Tradición familiar

arbolHace dos años, nuestra mañana de Reyes fue un despropósito. Sí, fue para borrar de la memoria. El protagonista: el mediano de mis hijos que entonces tenía dos años y diez meses. Le encanta la música (su primera palabra, os lo digo totalmente en serio, fue: «Chaicojqui», escuchando el Cascanueces. Tuve que hacer unas cuantas búsquedas en wikipedia y youtube, para certificar que lo que escuchábamos era el Cascanueces y el autor… Tchaikovsky, ¡la leche!).

Bueno, pues este pequeño friki de la música, pidió un piano. Pero los Reyes, que pensaban que el pobre diablo no sabía lo que decía, tuvieron la idea de comprar una bicicleta con ruedines, de esas chulas con pececillos que simulan a Nemo… Y ponerle un lazo precioso y su nombre, para que identificara esa maravilla como suya. En esos mismos Reyes, decidieron tunear una moto de bebé de Pocoyó, que era del mediano, pero podía pasar al pequeño (el mediano llevaba un año sin hacer ni caso a la dichosa moto, que estaba llena de polvo en el trastero).

Ya en la Cabalgata, no paró de increpar a los Reyes: «¿dónde está mi piano?» Esperaba que se lo dieran en ese momento. De la Cabalgata vino llorando, porque no le habían dado su piano.luces 1

Pues llega la ansiada mañana de Reyes y…

– ¿Qué hace aquí mi moto?

– No hijo, ese no es tu regalo, es de tu hermano pequeño. Pero no es la tuya, es una que es igual… ¡Tu regalo es esta bici!

– No, yo he pedido un piano.

– Pero… te han traído una bici superchula, ¡con Nemos!

– ¡Quiero un piano, no una bici, UN PIANO! (todo esto con lagrimones como melones, su padre y yo no sabíamos dónde meternos)

– Bueno, pues escribimos a los Reyes y les decimos que recojan la bici, que no la quieres.

– Vale, y que me traigan un piano… (a todo esto dejó la bici en la puerta de la calle, para facilitar a los Reyes el curro).

La bici ni la tocó en unos días, y cuando se subió por primera vez sólo pedaleaba hacia atrás. Pero cuando le cogió el truco, no había quién le bajara. También tengo que decir que los Reyes dejaron un piano en casa de los abuelos, ¡por lo menos se pasó el disgusto inicial!luces 3

Por cierto, la tradición familiar del título del post, se refiere a una costumbre que tenía mi padre de llevarnos a ver las luces de Madrid (centro, que yo siempre he vivido en periferia) antes de Reyes. Nosotros lo hicimos el domingo y os he «plantado» las fotos que hice (coche + móvil por la noche = fotos movidas con un efecto muy chulo, la verdad). Esta vez no es que esté en modo madre ni en modo suegra ;).

destacada luces

 

 

 

Un comentario en “Tradición familiar

  1. Tu hijo es de los míos. Yo tuve que llorarles un año entero para conseguir ir a clases de piano. Y dos años de sobresalientes para conseguir un piano de verdad (y todos mis ahorros) 😉 Comparto tradición de luces en familia. 🙂

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