La ley de Murphy la inventó el susodicho cuando tuvo un hijo (o dos o tres, como es mi caso). Y es que siempre se ha oído lo de Murphy y la tostada que cae del lado de la mantequilla… No, no, no… esa es la parte conocida de la historia, pero este señor, cuando inventó su reconocida y sesuda teoría, fue cuando tuvo un hijo y se encontró ante algunas situaciones que le encendieron la bombilla:
Murphy se percató que su progenie podía estar tranquilamente jugando, haciendo deberes o viendo la tele; pero si él se acercaba, revista en mano, al retrete, todos se ponían nerviosos, y le llamaban, y se acercaban a su puerta en el peor momento, y tenían dudas con las sumas…
Parte de su teoría se forjó tras un intento de fin de semana romántico, que la señora Murphy y él habían planeado con sumo interés, haciendo puzzles y encaje de bolillos para «colocar» a los enanos, después de meses sin salir de casa, y… desbarajuste final del circo por: fiebres, gargantas inflamadas y alguna que otra visita a urgencias…
Murphy no utilizó estos ejemplos para su famosa Ley porque estos percances propios de la paternidad se esfumaron de su mente cuando uno de sus enanos le cogió de la mano y le dijo: «gracias papá, por cuidar de mi cuando estoy malito«, probablemente la señora Murphy también se ablandó con besos y «achuchones virales» que saben a gloria en momentos de bajón, puede que los vieran cumplir años y pensaran que echarían mucho de menos ese pequeño caos que los enanos sembraron en su vida y entonces, sólo entonces, ¡plaf! ¡se le cayó la tostada! y de ahí el ejemplo conocido de la Ley de Murphy 😉
En la imagen destacada unas mandarinas que he comprado de una manera curiosa: me llamaron a casa por teléfono y me dijeron si quería comprar naranjas naturales, del árbol a la mesa. En otra situación, os lo digo en serio, hubiera dicho que no, pero entre mi estrecha relación con las naranjas (en mi blog tienen un gran protagonismo) y que cada vez me gustan más los negocios que apuestan por lo natural, dije que sí y aquí tengo mi pedido. Podéis pinchar aquí si queréis ver la web. Mientra escribía me he comido una y certifico que ¡están buenísimas!
Nunca falla!!! Vacaciones??? escapada??? siempre caen enfermos,jajaja
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Jajajjaja, ahora entiendo mucho mejor la teoría de este señor Murphy! Seguro que fue así como lo cuentas, porque ya decía yo que por una tostada no podía haber montado tanto jaleo.
Y es que los hijos dan para teorías, teoremas e hipótesis varias!!
Eso si, las naranjas ya verás como repites. Yo hace tiempo que las compro en otra web parecida y ni comparación con las que encuentras en el súper. Ahora estoy mirando para comprar de la misma manera el aceite, ya te contare!
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Ay que ver qué inoportunos son los pobres peques a veces!! Pero como bien dices, el mosqueo se te pasa rápido cuando te dicen esas cosas tan tiernas con sus caritas…
En cuanto a lo de las naranjas..»Alfru» dice: ¡¡arriba la vida sana y los productos naturales!! A mí ahora me ha dado por mirar los conservantes de todo lo que compro, es alucinante lo que nos comemos a diario..
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JAJAJAJAJA lo que me he reído. Me he acordado horores de mi hermana, que cuando era pequeña era especialista en ponerse mala en el momento exacto en que mis padres decidían salir de viaje.
El Sr. Murphy utilizó lo de la tostada porque seguro que pensó «como ponga lo de los niños los padres me dirán que si pienso que he descubierto América»
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Ya te digo!!!! Es que lo de los niños y la ley de Murphy no falla!!!! 😉
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Jajajaja!!!! Es que esto de los niños enfermos y las salidas, nos ha pasado ya unas cuantas veces!!!!! Jejejejeje. Bs
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