Jaimito sigue siendo el protagonista de los chistes infantiles y, como cuando mi bisabuela era pequeña, está todavía en el colegio haciendo de las suyas (trastadas nada novedosas) y siendo «el chorras» de la clase.
Ayer me contaron mis hijos casi veinte chistes de Jaimito, la mayoría ya me los sabía, y sólo incluyeron un pequeño detalle que situó la trama en la actualidad y es que mi hijo añadió que la profe le dijo a Jaimito: «Jaimito ¿no has hecho los deberes? ¡incidencia en Educamos!«
La tontuna, se hereda. No sé si habrá algún gen que contenga el «tontunis totalis», pero hemos trasladado a nuestros hijos el sentido del humor: «dime de qué te ríes y te diré de quién eres».
Durante el confinamiento cada noche veíamos en Youtube un capítulo de «Humor Amarillo» con los niños. Y es curioso que da igual los años que hayan pasado, nos partíamos la caja con Dolores Conichiguá (¡dales caña!), Gacela Thompson, Takeshi, la Señora, el grano de café… en fin, chorradas soberanas que nos hacían pasar un buen rato, en los noventa y ahora. Nos encanta el humor absurdo de Muchachada Nui y nos reímos, da igual la edad, con la Lucha mínima, el «Celebrities» de Hulk Hogan y tantas otras chorradas.
Pero si hay algo que me ha dejado claro que mis hijos son dignos descendientes de sus padres, fue la siguiente situación: a mi hijo pequeño le gustan mucho los libros de «los Compas» y la última vez que compramos libros, iba cada uno con su ejemplar en el coche, donde decidieron hojearlos y:
–¡¡¡¡¡No me lo puedo creer!!!!!
–¿Que pasa hijo?
–¡¡¡¡¡Me encanta este libro, porque el héroe es el hermano de Bruce Willis que tiene perfumerías!!!!!
Y, como si tuviéramos la primera edición del Quijote entre las manos, con los ojos como platos, todos fuimos pasándonos el ejemplar y deleitándonos con el personaje:
