¡Apúntate a zumba!

Porque con la zumba te liberas del estrés, te pegas unos bailes y, yo personalmente, he ganado en humildad.

PicsArt_1490215921561Todo viene por mi pequeño problema de coordinación, que probablemente tenga su origen en la más tierna infancia, pero que desde luego es una carencia que ha quedado patente en mi clase de zumba. Pensaba yo que era los primeros días, por eso de no conocer las coreografías, pero llevo ya unos meses, y tengo claro que las coreografías las conozco, pero no me coordino:

  1. Voy a clase sin gafas. Se me empañan con el sudor y además tenemos un espejo delante muy grande, prefiero ver mi silueta insinuada gracias a la miopía, antes que ver claramente mi cuerpo a su puñetera bola y con mayas (que no es que me queden muy allá)
  2. Me pongo en la última fila: detrás de una compañera que lo hace fenomenal, y a la que yo intento imitar (y reconozco que también me parapeto en esta chica, a ver si así la profesora no me ve).
  3. Aprendí en la segunda clase, que cuando hay una palmada en el baile, yo debo hacer el gesto, pero NUNCA dar la palmada, porque suelo ir con un retraso de unos 30 segundos, que hacen que mi palmada esté ya fuera de tiempo.
  4. La profesora pone la música a todo trapo (tanto, que tengo una amiga que va a Gym Jazz en otra planta, y me dice que oyen el estruendo de nuestra clase). Pero un día, debía yo estar haciéndolo de pena, me dice la profesora: «perdona, la de atrás ¿se oye bien la música?» Me hice la loca, pero ella insistía, tuve que decirle que ese no era el problema, que aunque no lo parecía yo oía perfectamente.
  5. El último día, una chica que entró nueva en la clase ese día y, que a mi corto entender, no lo hacía mal, se me acercó y me dijo: «¿también es tu primer día?» «noooo, ¡qué va! llevo seis meses ¡es que no me entero!«

Aún así, me lo paso pipa, me río muchísimo, creo que ya con al edad no tengo tanta vergüenza, y me encanta bailar (aunque sea mal). He descubierto una canción que me hace venirme arriba: Saideira (Santana y Samuel Rosa) y mis hijos están orgullosos de ver que consigo  ir a clase de 21:00 a 22:00, que el horario es matador. Además, cuando llego a casa, hay alguna pequeña recompensa al esfuerzo realizado…

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Conclusión: ¡apúntate a zumba! 😉

¡Feliz semana!

Actitud

En LinkedIn alguien compartió este vídeo de Víctor Küppers: para verlo pinchad aquí. Me gustó mucho la fórmula que menciona: ¿Cuánto vales tu como persona? la respuesta:

(C+H) x A

Donde C es Conocimiento, H es Habilidades y A es Actitud. En la fórmula, lo que multiplica es la Actitud. Y mi hijo pequeño, a los pocos días me demostró que la actitud es lo importante de la fórmula, como dice Víctor Küppers:

Situación: mi hijo de cinco años le suelta a la mayor (diferencia de edad = cuatro años) «pues yo sé mucho más que tu» y claro, su hermana le suelta: «¡¡¡¡Ah síiiiiiii!!!! ¿acaso sabes sumar?» y contesta: «pues claro, 2+2 son 4«. Bien, la mayor vuelve: «ya, pero no sabes multiplicar» «pues sí que sé, 3×2=6» (inciso: sumar y multiplicar no sabe, pero ha memorizado algunas respuestas).

Mi hija mayor empieza a pensar en algo que no sepa su hermano pequeño, que ya lleva dos respuestas dejándola en evidencia, y le suelta…: «bueno, pues lo que no sabes es dividir» y de eso no tiene ni memorizado, ni respuesta, y aquí entra la actitud de este enano, que no tiene ni C ni H, pero A le sobra: «pues claro que sé dividir, mira este catálogo, lo voy a dividir…» y ahí va foto de lo que hizo:

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«Antes era uno y lo he divido en dos» ¡Toma ya! Yo estaba flipando, mi hija estaba indignada y el enano nos miraba como diciendo: «¡con divisiones a mi!»

Y es verdad, aquí mi chiquitajo sabe dividir, y con esa actitud mantenida (que es verdad que con el tiempo tendemos a perder, pero ojalá en su caso no sea así) hará en la vida lo que quiera.

¡Buena semana!

Buena señal

fiebreLa semana pasada, y aún sigue dando coletazos, hemos tenido la visita de un virus que ha afectado seriamente a dos de mis hijos, a mi sobrina y a mis padres (contagiados por la cepa conservada en el cuerpo de mi hijo menor).

No sé vosotros, pero se me cae el mundo cuando el pediatra dice: «es un virus» que es el eufemismo de: «ajo y agua, con paciencia hasta que se pase»

El viernes me quedé en casa con los dos pequeños armada de Dalsy y Apiretal a espuertas. Es gracioso como los niños reviven cuando les baja la fiebre. Estaban estos dos en cama, sin poder con su alma, hablando a duras penas y quejándose de dolor de cabeza… Pero poco a poco empiezas a percibir esas «buenas señales» de recuperación gracias al efecto del antitérmico:

Primera buena señal: «mamá ¿Cuándo comemos?» son las 10:00 a.m. y ya están dispuestos a meterse un entrecot entre pecho y espalda, la cosa va bien. El problema es que la comida no está ni pensada y a ver cómo entretienes a estos dos las cuatro horas que quedan.

Segunda buena señal: se ponen a jugar juntos y genial porque parecen entretenidos y tranquilos. Pero la señal está por llegar… cuando empiezas a oír: «¡Dame esa pieza, la necesito para esta nave de combate!» + pum golpe sordo (en cabeza o espalda) + grito ahogado: «¡qué me lo des!» + «¡mamáaaaaaaaaaaaa!» = temperatura inferior a los 36,5º sin necesidad de termómetro.

Tercera buena señal: cuando ante las palabras: «venga vamos a recoger la habitación» la reacción es: «¡ay, me duele la cabeza y este pie!» (lo del pie es verídico) y pensaréis que esto no es precisamente buena señal… Pero aquí viene: cuando les dices la segunda parte «y os pongo un poquito dibujos» entonces, si recogen es buena señal.

También os digo que: si no comen, si no recogen incluso cuando hay dibujos en el horizonte y no hay peleas por las piezas de lego… ¡Antiperético al canto!

¡Feliz semana! 😉

 

Los tiempos cambian…

Los tiempos cambian, aunque se mantenga la esencia, no es lo mismo los ochenta que el año 2000.

El fin de semana pasado nos fuimos de visita a Segovia. Mi hija mayor estaba estudiando la historia y la influencia que han tenido las antiguas culturas en el la Edad Contemporánea y nos fuimos a ver el Acueducto que fue creado en la Edad Antigua por los romanos (así se lo dijimos a los niños).

segovia 1En el camino, les íbamos contando cómo se construyó sin ninguna argamasa, cómo llevaba el agua desde la sierra a la ciudad de Segovia y cómo se ha estado utilizando hasta hace poco para ese menester. Les explicábamos que tenía siglos, la de años y años de historia que han visto sus arcos y que lo habían construido los romanos, en el siglo I. Claro, cuando ellos preguntaban en qué siglo estamos ahora, y les decíamos que han pasado veinte siglos desde su construcción y que cada siglo son cien años, estaban «ojo-pláticos»

Total, que ellos iban absolutamente concienciados de que iban a encontrarse con auténticos tesoros antiguos, construcciones y enseres del año «catapún«, y estaban deseando ver lo que los romanos habían sido capaces de hacer.

Aparcamos cerca del Acueducto y fuimos andando desde el coche hasta la zona, para dar un paseo hacia la Catedral y el Alcázar. En el camino va mi hijo pequeño y grita:

«¡Mira mamá, con esto llamaban los romanos!» y apuntaba su manita hacia un objeto para él tan viejo y desconocido como los romanos. Un aparato que no creo que haya visto más que en Segovia…

segovia 2

Por mas que le dijimos que eso no era un vestigio de la Edad Antigua, que era una cabina de teléfonos y que se seguía utilizando, nos miraba incrédulo… Aunque le relatamos que en nuestra época no había móviles y que se llamaba por estos teléfonos cuando estabas en la calle (no hace tanto de esto, aunque parezca que han pasado siglos), él se quedó con la copla de lo viejo que era aquel artilugio, y creo que debió pensar: «¡vaya si no son viejos mis padres, que son de la época de los romanos!»

 

 

Corriente y moliente

Me gusta el programa Equipo de Investigación, pero me desquicia un poco el tono de Gloria Serra. Utiliza un tono siempre misterioso de «he-desvelado-un-secreto-flipante», aunque sea algo corriente y moliente.

La misma emoción pone al descubrir la identidad de un capo de la mafia rusa buscado por la Interpol y afincado en España, que ante el impactante testimonio de la tendera del barrio del mafioso en cuestión: «sí, eso dicen que era un mafioso… pero vamos, aquí pagaba sus compras y era muy formal«. Y aunque para el común de los mortales es normal que un capo ruso huido de la justicia y buscado en 20 países, se haga pasar por un ciudadano corriente y moliente para no acabar con sus huesos en un calabozo, y esta buena tendera no ha aportado nada interesante al reportaje en cuestión, nuestra periodista añade unas palabras con el tono adecuado de emoción: «la mafia rusa paga en efectivo las pipas y caramelooooos» chan-chan de fondo incluido, para mayor tensión.

Pero, esta mañana, estaba yo toda sobada esperando en la parada del autobús y al subir el conductor de la EMT ¡me ha saludado!, así como lo leéis… Os aseguro que el tráfico de Madrid es para bufar, gruñir, poner cara de mascar limones y ser un borde, pero a mi esta mañana me han puesto la mejor de las sonrisas y me han soltado: «buenos días«. Entonces he pensado que si Gloria Serra hubiera estado allí y hubiera puesto voz a mis pensamientos, habría cargado ese momento de la emoción que se merece.

Aunque estamos obligados a llevar el piloto automático a veces para poder llegar a todo, nos estamos dejando de emocionar con las cosas corrientes y molientes de la vida. Y hay muchas, cuando tienes hijos todavía más. Aprovechemos y agradezcamos las perlas de cada día, que «la pura realidad ya es un milagro» (del libro de Eline Snel «Tranquilos y atentos como una rana«).

Mi hija lo explica muy bien, sin quererlo, en una redacción que tuvo que hacer el otro día con cinco palabras con «v», os dejo el extracto que me impactó: «Al escribir un diario hay que estar alegre, como si bailaras un vals en Valencia con un vestido rojo»

Os dejo una imagen para que le pongáis el tono emocionante que se merece:

corriente 3

¡Disfrutad lo que queda de semana! 🙂

Missing in combat

Sí, lo sé, estoy «missing». La culpa es de El éxito. Y no, no creáis que he tenido una explosión exitosa y he dejado este blog para dedicarme a la vida del lujo y la perdición, me refiero al libro de Luis Álvarez:  El éxito.

FOTO LIBRO

Mi marido puso este libro en mis manos y empecé a leerlo sin mucha convicción, todo sea dicho, pero me enganchó y me he dado cuenta de algunas cosas, y ¡me he «liao«!:

Primero: he empezado a ocuparme de la economía familiar, no es que antes no me preocupara, pero ahora me he concienciado (facturas y extractos en mano) de los ingresos y gastos que tenemos. Porque os voy a desvelar uno de los grandes descubrimientos de las finanzas domésticas, una fórmula que os cambiará la vida. Llevo 10 años en el mundo de la contabilidad y he «descubierto» esta fórmula con el libro que os cuento… Preparaos para el descubrimiento de la pólvora, concentración máxima… ahí va (redoble de tambores):

INGRESOS > GASTOS

Lo sé, es obvio, pero lo que yo llevo años haciendo para terceros (incluso para mi misma cuando era autónoma) es algo que no he hecho en mi familia: una previsión de ingresos y gastos, para controlar ambos.

Si nos hacemos una composición de lugar de lo que vamos a gastar durante el año, podremos controlar ciertas situaciones de déficit (lo llamo así por no decir «bancarrota mensual»). Este año me he propuesto hacer un presupuesto familiar en Excel y empezar a controlar los gastos, que son más controlables que los ingresos.

Os puedo decir que preparar el presupuesto me ha llevado la pera de tiempo, y eso que tengo experiencia en este tipo de documentos, pero en casa del herrero… Situar cada gasto previsible en el mes en el que cae, es un ejercicio que no había hecho nunca. Os iré contando progresos, trucos de ahorro, etc. que vaya poniendo en práctica.

Segundo: formación. El año pasado descubrí los MOOC (Masive Open On line Courses) y me di de alta en varias plataformas:

  • edX: es una plataforma de Universidades americanas (entre ellas Harvard y el MIT) y los cursos son en inglés. Estoy ahora en medio de un curso: English Grammar and Essay Writing, que me está encantando. Eso sí, los deberes los voy terminando en el tren de camino al trabajo, y no os imagináis lo complicado que es escribir con el teclado del móvil.
  • COMA: de la UNED, me apunté en esta plataforma (muy recomendable por cierto) por varios MOOC de Emprendimiento Social.

Total, que entre cursos on line, presupuestos, niños, curro y un curso de costura que me he apuntado en el ayuntamiento, no paro.

Pero también os digo, estoy ¡como una reina! como esta que pintó mi hija mayor en el parque, en plan artista urbano…

PRINCESA

Bueno, cuando pase este mes (que tengo dedicado a la Agencia Tributaria, que me da también muchos quebraderos de cabeza) ¡prometo volver de vez en cuando!

¡Buena semana!

 

 

 

 

 

Normas básicas

Para poder convivir se tienen que dar unos mínimos. Y mi hija mayor me dijo la otra noche: «mamá, estoy harta, tengo que poner una norma que se debe cumplir ¡ya!»

Pienso que, en mi casa, las normas las ponemos los jefes supremos (o sea, mi marido y yo). Pero me picó de tal manera la curiosidad, que dejé a la mayor del clan, a ver qué hacía…

Se dirigió a su cuarto, escribió de manera airada en una hoja y se fue al baño… Adjunto foto de lo que escribió y puso en el baño con posterioridad:

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¡Toma ya! Harta de sufrir las consecuencias de compartir baño con dos chicazos, ha establecido una norma común. Me parece curioso que da igual la edad que tengan, lo de levantar la tapa creo que es un conflicto masculino, que se inicia en la más tierna infancia.

Mi hijo mediano estaba indignado: «las normas las ponen los padres«, también porque el cartel era consecuencia directa de una reciente micción sin puntería del «indignado» en cuestión.

Y sí, los que mandan son los «pater familias«, pero les he pedido que cumplan, porque tiene sentido y creo que es muy desagradable usar el váter sucio. Y si no atinamos, lo limpiamos 😉 (que a mas de uno nos hubiera gustado que se lo explicaran en casa). Yo tengo una compañera, que sólo tiene hijos (chicos), y en casa les obliga a hacer pis sentados para no manchar. Prefiero enseñarles a limpiar o a tener cuidado aunque, como oímos una vez mi marido y yo a dos personas en un bar que mantenían una conversación en euskera: «ka kual es ka kual»

¡Feliz semana!

 

 

Abu…

Hay una web, que descubrí cuando nació mi hija mayor, que me encanta (http://www.solohijos.com). Hubo un artículo muy interesante sobre la lectura temprana que puse en práctica con ella. La cuestión es que el método de BITS de lectura, funcionó. Seguí el método a pies juntillas (el tamaño de las cartulinas, los colores, etc.) y esos mismos BITS los usé con el mediano. Es un método divertido, a ellos les encanta.

Con el pequeño, he tenido menos tiempo y una mudanza en la que se perdieron los BITS. Se supone que el método se utiliza a partir de los tres años, y volviendo a buscar en la web no he encontrado cómo tenían que hacerse los BITS exactamente. Por tanto lo hemos hecho a nuestra manera, con unos carteles escritos con los nombres de los miembros de la familia y de partes del cuerpo. Él ya sabe bastantes letras y está con la lectura en clase, por tanto esto de hacerle carteles era más una diversión que otra cosa… Uno de los carteles tenía escrito: «Abuelo» y cuando llegó a ese cartel, lo miraba, me miraba, apretaba la boca, pensaba… «no sé qué pone» «empieza por A...»»Aaaaaaaaaa» «La segunda es una b, AB… y una u, ABU…» «¡Abuja!» «No, aguja es con G» «¡Abujero!» «No, eso también es con G» Al final tuvimos que decirle que ponía ABUELO. Y desde entonces, cada vez que pregunta cómo se escribe una palabra, en vez de decirle letra por letra para que lo vaya copiando, hacemos el sonido para que él busque cómo se escribe.

Tiene tan dominado esto del deletreo con los sonidos de las palabras, que hace dos días se quedó en casa de mis padres con un cuaderno y unas pinturas y cuando fui a buscarle me dijo todo orgulloso: «mira, ¡he escrito en inglés!» y sí, adjunto prueba:

en inglés

No os imagináis cómo me miraba porque me reí, no sabía qué decirle porque el pobre estaba al borde del llanto. «No hijo, no llores, lo has escrito fenomenal, como se pronuncia en español, ¡muy bien!» 😉

Por el momento, y para seguir fomentando la lectura en casa, les hemos puesto una pequeña biblioteca a mano, con ruedas para que lleven los libros donde quieran y una decoración de Tortugas Ninja que les encanta (en la imagen destacada os he puesto el grabado que ha hecho mi marido en su «biblioteca»). Así de vez en cuando, echan un vistazo…

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El móvil

rajaEl móvil se me ha rajado, de lado a lado en la parte superior de la pantalla. Esto ha generado que sólo funcione de raja para arriba, y el resto ya puedes pasarle el dedo que ¡ni caso!

En cierto modo, estar sin móvil, me da algo de tranquilidad. Tengo unos cuantos grupos de whatsapp: tres del colegio de mis hijos (con el mismo icono de grupo, que es el escudo del colegio), dos de mis amigas del colegio (uno con toda la clase y otro de las que tenemos más contacto), tres de distintos grupos de amigos, uno de hermanas y otro de primos, tres de compañeros del máster, dos de compañeros de trabajo… Y todos ellos se multiplican cuando se producen eventos como: cumpleaños de un compi de clase (se hace un grupo con los asistentes), nacimiento de un bebé (creamos grupo, sin la madre claro, para comprar el regalo), cena donde no asiste todo el grupo…. Bueno, que se reproducen a una velocidad pasmosa y luego es difícil salirse. Es como comerse el último canapé, todos queremos pero ninguno nos atrevemos…

No es la primera vez que estoy sin móvil, pero esta vez no ha sido la tranquilidad completa, porque sí que funcionaba, lo que ocurría es que yo no podía desbloquear la pantalla, ni contestar las llamadas, ni ver whatsapp, ni el correo, ni Facebook, ni Linkedin… Pero era consciente de que ahí estaba, parpadeando sin parar, con todos sus mensajes sin leer… ¡un estrés!

Se me ocurrió que, por lo menos, podía contestar el teléfono si me llamaban, con los cascos de un móvil antiguo, que tenían la tecla para descolgar. Pero, eso sí, sólo descolgar y poner la música, ni llamar, ni desbloquear… ni ninguna otra actividad…

móvil ratónNecesitaba apagar el móvil para no seguir viendo la lucecita de las narices, no podía porque ante el mensaje: ¿Quiere apagar? No podía darle a Aceptar… Decidí entonces que de algún modo debería quitar el bloqueo, para acceder al móvil… Y, un día currando me vino un flash iluminador: ¿y si le planto un ratón al móvil? Para cargar tiene un puerto USB pequeño, y los ratones tienen un puerto más grande. Necesitaba un adaptador, y lo encontré. Y resulta que si enchufas un ratón al móvil, puedes desbloquear y hacer lo mismo que hacías con el dedo. También os digo que escribir un whatsapp de más de tres palabras con el ratón, es un infierno, tengo la mano entumecida, y uso más emoticonos que nunca.

Pero esos dos días que estuve sin móvil hice cosas raras: llamé por el fijo y mantuve una conversación con una amiga, di algún que otro beso y abrazo pero de verdad (nada de virtual) y hasta hubo un día que levanté físicamente mi dedo gordo como signo de aprobación (y no tuve que elegir el color, ¡porque era mi piel!). Vamos, que os quiero decir que, en cierto modo, echaba de menos algo más de contacto humano. Pero aun así, el ratón me ha permitido seguir usando el móvil, y no sé yo cuándo me decidiré a llevarlo a arreglar, ningún momento es bueno… y encima me quedaré sin móvil ¡otros dos días!

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Twisted Sister

A mis hijos les gusta Twisted Sister, grupo de rock ochentero con un look que les hace partirse de risa (no es para menos con esos pelos y ese maquillaje. Podéis admirar la pinta en la imagen destacada).

Lo gracioso es que no se cortan un pelo a la hora de cantar en el idioma de Shakespeare, y me parto cuando comparo la canción real y su interpretación. Su canción preferida es: «We’re not gonna take it» (para escucharla pinchad aquí. Anima a tope por las mañanas). En un momento del estribillo dice así:

letra twister sister  Y según mi hijo pequeño, dice estas otras palabras (una versión más adaptada a la LOMCE):

twister interpretado

Yo no podía parar de reír la primera vez que empezó a cantar el estribillo con los números, como encontrando el sentido a las palabras, con admiración hacia esta banda tan didáctica (que para ellos son una especie de Cantajuegos del Rock). Claro, estos tíos hablarán de lo que hablan sus canciones del cole, y Welcome to the Jungle (Guns N’Roses) pues es la versión con guitarra eléctrica del Old Macdonald had a farm (es muy parecido el ia-ia-iou al na-na-na-na-na-na-me-me de Axel Rose, si lo pensáis).

Esta vena rockera es herencia genética paterna, los churumbeles llevan escuchando rock and roll desde el vientre materno. Hoy íbamos en el coche a la vuelta del colegio, escuchando la radio (creo que era Europa FM) y me dice mi hija mayor: «¡mamá, pon algo más rockero que el enano se duerme!» 😉