Porque con la zumba te liberas del estrés, te pegas unos bailes y, yo personalmente, he ganado en humildad.
Todo viene por mi pequeño problema de coordinación, que probablemente tenga su origen en la más tierna infancia, pero que desde luego es una carencia que ha quedado patente en mi clase de zumba. Pensaba yo que era los primeros días, por eso de no conocer las coreografías, pero llevo ya unos meses, y tengo claro que las coreografías las conozco, pero no me coordino:
- Voy a clase sin gafas. Se me empañan con el sudor y además tenemos un espejo delante muy grande, prefiero ver mi silueta insinuada gracias a la miopía, antes que ver claramente mi cuerpo a su puñetera bola y con mayas (que no es que me queden muy allá)
- Me pongo en la última fila: detrás de una compañera que lo hace fenomenal, y a la que yo intento imitar (y reconozco que también me parapeto en esta chica, a ver si así la profesora no me ve).
- Aprendí en la segunda clase, que cuando hay una palmada en el baile, yo debo hacer el gesto, pero NUNCA dar la palmada, porque suelo ir con un retraso de unos 30 segundos, que hacen que mi palmada esté ya fuera de tiempo.
- La profesora pone la música a todo trapo (tanto, que tengo una amiga que va a Gym Jazz en otra planta, y me dice que oyen el estruendo de nuestra clase). Pero un día, debía yo estar haciéndolo de pena, me dice la profesora: «perdona, la de atrás ¿se oye bien la música?» Me hice la loca, pero ella insistía, tuve que decirle que ese no era el problema, que aunque no lo parecía yo oía perfectamente.
- El último día, una chica que entró nueva en la clase ese día y, que a mi corto entender, no lo hacía mal, se me acercó y me dijo: «¿también es tu primer día?» «noooo, ¡qué va! llevo seis meses ¡es que no me entero!«
Aún así, me lo paso pipa, me río muchísimo, creo que ya con al edad no tengo tanta vergüenza, y me encanta bailar (aunque sea mal). He descubierto una canción que me hace venirme arriba: Saideira (Santana y Samuel Rosa) y mis hijos están orgullosos de ver que consigo ir a clase de 21:00 a 22:00, que el horario es matador. Además, cuando llego a casa, hay alguna pequeña recompensa al esfuerzo realizado…
Conclusión: ¡apúntate a zumba! 😉
¡Feliz semana!